Científicos italianos han creado una mano artificial que permite a la persona amputada sentir la diferencia entre una botella, una pelota y una mandarina.
El danés Dennis Aabo Sorensen perdió su mano izquierda en un accidente hace diez años y hoy participa como voluntario en este proyecto piloto.
Las investigaciones comenzaron el año pasado con el objetivo de crear prótesis más eficientes.
“Fue algo realmente sorprendente poder sentir algo después de más de nueve años, de repente, mi mano envió un mensaje a mi cerebro, fue increíble”, asegura Sorensen.
Los doctores del Hospital Gemelli, en Roma, implantaron pequeños electrodos en dos nervios del brazo de Sorensen que normalmente transmiten sensaciones a la mano.
Cuando los investigadores conectaron los electrodos a una señal eléctrica, Sorensen aseguró tener la misma sensación que cuando sus dedos se movían confirmando que los nervios con los que estaban trabajando los doctores todavía enviaban mensajes al cerebro.
“Los electrodos son muy selectivos, en el sentido de que son capaces de establecer un contacto preciso con los nervios. Y esto es crucial para tener sensaciones naturales”, explica Silvestro Micera de la Universidad de Pisa.
No es la primera vez que los científicos consiguen provocar sensaciones gracias a una mano artificial. Algunos proyectos piloto han tenido lugar ya en Estados Unidos y en Europa. Pero, ¿cómo lo hacen?
“El cirujano tiene que crear antes de nada un escenario quirúrgico en el que dos nervios sean totalmente aislados, explica Paolo Maria Rossino, del Hospital Gemelli de Roma. Después tienen que abrir la lámina que rodea el nervio e identificar la parte que les interesa para poder implantar de manera eficaz los electrodos”.
Los científicos europeos implantan los electrodos dentro del nervio para controlarlos mejor pero, según algunos expertos, se trata de un método invasivo que podría dañar el propio nervio.
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