Drones diseñados para el sector de la vigilancia
“AscTec Falcon 8” es un dron que cuenta con ocho hélices. Fue uno de los drones presentados en la exposición SkyTech que se celebró la semana pasada en Londres. Su diseño está pensado para el sector de la vigilancia.
El “AscTec Falcon 8” puede transportar mucho material tecnológico como cámaras fotográficas digitales, videocámaras o sensores.
“Este dron nos permite obtener una fotografía desde un buen ángulo, no teniendo que inclinar el aparato hacia arriba o hacia abajo. Muchas veces las fotos salen distorsionadas. Nos ofrece además una flexibilidad que otros drones no tienen. Las fotografías son de calidad al igual que las imágenes”, explica Jon Skelton, de Topcon.
El sector de la vigilancia es uno de los que más se benefician de los avances de la tecnología. La compañía británica de equipamiento de vigilancia SCCS ha presentado también uno de sus últimos drones, el MultiRotor G4, con una autonomía de vuelo de 20 minutos.
“Este dron permite a la gente realizar vuelos de manera autónoma para vigilar zonas muy extensas sin ayuda de un equipo. Con este dron una sola persona puede vigilar más de 250 000 metros cuadrados en un día”, asegura Freddie Sapsed, de SCCS.
La empresa suiza Sensefly también ha presentado el dron “eBee” capaz de realizar imágenes de alta definición en 3D y el “eXom”, un cuadricóptero muy fácil de manejar dotado de sensores de estabilización.
“Si vas muy rápido con el ‘eXom’ y se encuentra con un obstáculo, rebota, retrocede y se estabiliza solo. Es muy raro que esto ocurra con otros drones”, explica Christopher Thomson, de Sensefly.
Los expertos aseguran que en un futuro no tan lejano miles de drones como estos volarán sobre nuestras cabezas. Los expertos insisten en la necesidad de establecer reglas claras sobre su uso.
Prótesis controladas por la mente
Más de una década después de haber quedado paralizado, Erik Sorto podría volver a disfrutar de pequeños placeres de la vida como beberse una cerveza.
Y todo gracias a un brazo robótico controlado por la mente. Esta prótesis, presentada recientemente en la Universidad del Sur de California, está unida a su corteza parietal posterior, la parte del cerebro que controla la intención del paciente de mover un objeto.
Los cirujanos de la universidad implantaron dos pequeños electrodos en el cerebro del paciente. Esos electrodos fueron después conectados con cables a varios ordenadores capaces de descodificar las señales cerebrales. Esas señales, ya descodificadas, fueron enviadas finalmente al brazo robótico.
Según los científicos, fue toda una sorpresa para ellos que el paciente consiguiese controlar el brazo desde el primer día.
“Ahora tenemos una nueva interfaz de control cerebro-máquina. Esto abre la puerta a muchísimas posibilidades de desarrollo de las nuevas tecnologías, tecnologías transformativas que podrían permitir a aquellos pacientes que hayan sufrido daños neurológicos recuperar una cierta indendependencia”, explica el cirujano Charles Y. Liu.
Conectando este tipo de prótesis a la parte del cerebro que controla, no los movimientos, sino la intención del paciente de mover un objeto, los científicos han conseguido algo casi imposible hasta hoy: que un brazo robótico realice movimientos naturales y fluídos.
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